Ayer caminando por Viña, un mechoneado me pide una moneda y evitando respirar la hediondez que expelía, le pregunté, mientras buscaba mi gato-monedero, cuánto tenía que juntar.
“diez lucas”, dijo
“¡Diez lucas!”, repetí al borde de la escandalización. Le extendí unas monedas y después de recibir sus agradecimientos, seguí caminando mientras pensaba “¡¿diez lucas?! Too much o no?”
3 comments
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March 13, 2006 at 12:13 pm
kiistian
un poco mucho.. pero el carrte que se tienen que haber pegado.. no tan too much!
March 14, 2006 at 4:18 pm
Fernanda
jajaja.
a mi me tinca que en vez del medio carrete es el medio recorte.
March 14, 2006 at 8:19 pm
Chuqui
A mí me pasó lo mismo hoy, en pleno Paseo Ahumada. Yo, ingenuo y recordando mis tiempos de universitario, le pasé unas monedas a 2 niñas que estaban cuasi desnudas, con la ropa entera hecha pedazos.
Pensaba… “para que se puedan regresar a la casa en micro”….
JAJAJA!! Qué iluso!! Como dicen más arriba, el carrete debe estar que arde a esta hora!